Mi vocación fue
desde bien pronto la enseñanza y la música, por ello llegado el momento estudié
la carrera de magisterio y la de música, en la especialidad de flauta
travesera.
No obstante
durante los estudios de magisterio sentí una desconexión importante con la
mayoría de lo que allí aprendimos sobre educación. Algo que no
llegué a analizar en profundidad hasta que fui madre.
Desde el punto de
vista de madre he podido desenmascarar esa "desconexión" que sentí
mientras estudiaba magisterio. La educación convencional que reciben los niños
y niñas en la mayoría de las escuelas públicas y privadas no trata con respeto a la persona, teniendo
en cuenta su proceso vital, sus necesidades y sus capacidades personales.
Con energías renovadas me formé como Asistente Montessori con la AMI (Asociación Montessori Internacional). Esta metodología parte del
respeto a la libertad de los niños, y tiene el propósito de liberar todo su
potencial a través de su interacción con un ambiente especialmente preparado
para sus necesidades.
Día a día sigo aprendiendo, con ayuda de mis alumnos y alumnas y de mi hija, con quienes juntos descubrimos nuevas maneras de aprender por nosotros mismos, de comunicarnos y de respetarnos.
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